Fluye tranquila, la desesperanza lejana
en los ríos ancestrales de leyendas y
cantos;
fluye cual tempestad, en una tarde de
julio,
adornada de flores, manos y tus pardos
saltos.
Estancado en cambio, en los lagos de
perfume,
susurran las voces de advertencias... y
llantos.
Estacado en tus ojos, el presente
nuevo,
un pasado resucitado y y tus futuros
creados.
En el cielo azul de un verano infame
las nubes amargas, hijas del mar que
nos une,
nos miran ciegas en nuestros días
cercanos,
que ya casi no faltan, pero han
fallado.
Fluyen embriagadas las palabras,
certeras de promesas y alas.
Se hunden agrias en los centros...
y mercedes y alcoholes y noches,
de un corto verano, de nostalgias y
cantos.
Goog
Julio de 2014